Diversas ciencias o ramas del conocimiento humano, se basan en el estudio de los hábitos alimenticios de determinadas sociedades de personas y animales, actuales o prehistóricas, para determinar o averiguar, sus formas de vida. Siendo el estómago el motor que mueve nuestro organismo durante toda la vida, no puede ser mala idea, anotar todo cuanto pasa por aquel, día a día, para que, el día final, se sepa algo más, un poco más, sobre lo malo y lo bueno, del combustible utilizado.
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2 comentarios:
El domingo comenzó algo de cólico. Posiblemente las navajas hiciesen algún estrago. Eran de Holanda, y a saber en que cienagas o vertidos de cloacas estaban. También pudiera ser de los mejillones que pudieran estar contaminados, o, tal vez de una partida de aceitunas rellenas con anchoa en mal estado. Y si no fue ni una cosa ni otra, pudiera ser un exceso de jengibre crudo, o un exceso de palomitas de maíz. Todo, era o pudiera ser sospechoso de causar un cólico. Comienza el domingo, se mantiene lunes y martes. El lunes, ya comienzo a tomar sulfamida.
Y si no fue ninguna cosa de las anteriores, pudiera ser las barritas energéticas, las bebidas isotónicas, que tomé durante la jornada de pesca. O, ya puestos a sospechar, pudiera ser del agua que tomé, en cuyo recipiente pudiera haberse colado agua marina, y ser esta última y no todo lo anterior la causa del cólico. Lo cierto es que el sabor del agua era raro, raro.
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