martes, 5 de agosto de 2008

ALIMENTOS BAJO LA TIERRA Y BAJO EL CULO.

MARTES 5 DE AGOSTO DE 2008:
Aunque hacía varios meses que no comía huevos. Resulta que en los últimos tres días he comido una pareja de productos de los ovarios pertenecientes a ese animal que llamamos gallina, que suele acostarse temprano, madruga y cacarea cuando siente miedo, calor, frio, hambre, o le sale de los ovarios. Cuando alguien se acerca a su nido a tocarle o robarle sus huevos, entonces se cabrea y suelta picotazos a diestro y siniestro. Por eso, en las granjas avícolas industriales, se ideó un sistema para que la gallina no sufriese del estrés producido por el ladrón de huevos bajo su culo, sustituyéndolo por una pendiente por la que los productos de sus ovarios se dejaban rodar. o deslizar, hasta encontrar un mullido depósito en el que se alojaban, lejos de su pico y su apestoso culo, para ser recogidos, envasados, transportados, almacenados, vendidos, comprados, y por fin comidos, para llenar de energía de gallina a quien tenga el hábito de consumir los huevos.
Dejando de un lado la historia de la avicultura industrial, hoy he comido otra vez dos huevos hechos al microondas, junto a unas patatas también hechas en quince minutos de microondas, aderezadas de sal, aceite, pimienta y tomillo. Las he troceado, las patatas, junto con los huevos, y con un minuto de microondas más, a todo el revoltillo, he comido una sabrosa comida rápida, barata, y nutritiva. En resumen, productos de bajo la tierra, y bajo el culo de la gallina. Pero ricos, ricos.

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